Michael G. Limardo Medina-Estudiante de Derecho
El presidente de Estados Unidos tiene una gran responsabilidad en sus hombros al nombrar un sustituto o sustituta de la jueza.
Ante el fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg, la población de Estados Unidos, pierde a una gran jurista de una larga trayectoria. Como abogada y jueza estuvo siempre a la vanguardia y en pie de lucha por los derechos humanos. La jueza asociada, quien fue la segunda mujer nombrada para pertenecer al Tribunal Supremo de Estados Unidos (SCOTUS, por sus siglas en inglés), falleció a sus ochenta y siete años de edad, el 18 de septiembre de 2020, debido a complicaciones con el cáncer pancreático que padecía. Ruth Bader Ginsburg fue nombrada en el año 1993 por el presidente Bill Clinton como jueza asociada de SCOTUS, al cual perteneció por veintisiete años hasta el momento de su muerte (Linda Greenhouse, Ruth Bader Ginsburg, la trayectoria de un icono feminista, The New York Times, 21 de septiembre de 2020, http://www.nytimes.com/es/2020/09/20/espanol/estados-unidos/ruth-bader-ginsburg.html). En su gestión como jueza asociada, logró hacer historia, puesto que gran parte de los derechos que gozan las mujeres hoy día es gracias a esta jueza tenaz que luchó día a día por hacer justicia.
Para entender el gran vacío que deja la jueza demos un repaso sobre la institución de SCOTUS. Este es el tribunal de mayor jerarquía a nivel del gobierno federal de EEUU, incluyendo en sus territorios como Puerto Rico. El Tribunal Supremo de EEUU posee la facultad de revisión judicial y la facultad de declarar inconstitucionales leyes federales o estatales por violar derechos y disposiciones de la Constitución de Estados Unidos. Esto significa que sus decisiones no pueden ser apeladas ya que es el foro judicial de última instancia. Además se caracteriza por tener jurisdicción limitada sobre asuntos de derecho federal enumerados en la Constitución Federal y lo legislado por el Congreso. Este tribunal se compone de nueve jueces, que incluye al juez presidente y ocho jueces asociados. Los jueces de SCOTUS son nombrados por el presidente de los EEUU, y confirmados mediante consejo y consentimiento del Congreso. Su nombramiento es vitalicio, según la Constitución de Estados Unidos en su Artículo III, sección Primera que establece que los jueces continuarán en sus funciones mientras observen buena conducta (Const. EE.UU. art. III, § 1). A su vez, estos jueces pueden tomar la decisión de retirarse, algo que Ruth Ginsburg no hizo debido a su pasión y amor que sentía por la justicia. Los miembros actuales de SCOTUS, son; John G. Roberts, Clarance Thomas, Stephen G. Breyer, Samuel A. Alito Jr, Sonia M. Sotomayor, de descendencia puertorriqueña, Elena Kagan, Neil M. Gorsuch y Brett M. Kavanaugh.
La labor de Ruth Bader Ginsburg en SCOTUS fue muy importante, luchó incansablemente por lograr la igualdad para todas las personas, así lo demostró con sus votos de mayoría y también a través de sus votos disidentes. Estados Unidos, en las últimas décadas ha tenido una gran transformación en los derechos humanos, esto en gran parte a la presencia de la jueza Ginsburg. Ella siempre fue firme al defender y lograr adelantos en reconocimientos de derechos humanos e igualdad de género, una labor indiscutiblemente que marcó la historia de EEUU y por consiguiente a Puerto Rico. En fin, hablar de Ruth Bader Ginsburg, es hablar de justicia, de derechos humanos, de igualdad de género y derechos civiles, su legado es digno de admirar.
Ruth Bader Ginsburg nació en la ciudad de Brooklyn, Nueva York el 15 de marzo de 1933, de padres judíos, en una época muy difícil para las mujeres. El día de su nacimiento el mundo desconocía que había nacido una guerrera que comenzaría una lucha ininterrumpida por los derechos de la mujer. Estudió en la Escuela de Derecho en Harvard en el año 1956, fue una de nueve mujeres que estudiaban derecho en aquel entonces, en un tiempo que se consideraba que la profesión legal no era idónea para que una mujer la ejerciera. Aun con los obstáculos que enfrentó por ser mujer, estudió con un grupo de 500 alumnos varones, un gran reto para ella (Azahara Palomeque, Quién fue Ruth Bader Ginsburg, la jueza que cambió Estados Unidos con su vida y puede volver a cambiarlo con su muerte, Página/12, 22 de septiembre de 2020 https://www.pagina12.com.ar/293827-quien-fue-ruth-bader-ginsburg-la-jueza-que-cambio-estados-un).
Posteriormente, se trasladó a la Escuela de Derecho de Columbia, en Nueva York, donde finalizó sus estudios en derecho. Ante los estigmas y la errónea percepción de que una mujer no podía ser abogada, Ruth Bader enfrentó problemas para conseguir trabajo, algo que la fortaleció y la condujo a luchar fuertemente por lograr un cambio en los derechos de la mujer.
En su trayectoria profesional y como defensora de los derechos de las mujeres, ejerció el puesto de directora del Proyecto por los Derechos de la Mujer de la Unión Americana de Libertades Civiles. Además, también perteneció a la revista Law Review, obtuvo un puesto de profesora en Rutgers University y fue jueza de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, de esta forma comenzó a dejar una huella imborrable (Linda Greenhouse, 2020, supra). Definitivamente Ruth Bader Ginsburg es un ejemplo a seguir para las futuras generaciones.
Los tribunales y el ejercicio de la profesión de abogadas y abogados son pilares de la democracia y tiene un rol necesario para garantizar la sana convivencia y para que todos disfrutemos de los mismos derechos, evitando la obstaculización de los derechos y proliferar las libertades que cada persona debe poseer. Ruth Bader Ginsburg luchó enérgicamente por establecer igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres en todos los ámbitos de la vida y fue una gran litigante ante esta causa.
El presidente de Estados Unidos tiene una gran responsabilidad en sus hombros al nombrar un sucesor o sucesora de la jueza, su decisión podría cambiar el rumbo del derecho en Estados Unidos incluyendo a Puerto Rico. Algunos piensan que la vacante debe ser ocupada inmediatamente y otros creen que se debe nombrar por el próximo presidente, no hay duda de que se trata de una prerrogativa presidencial. Próximamente conoceremos quién ocupará el lugar de Ginsburg en el más alto tribunal, y ante esta situación, estaremos en la expectativa de observar cómo se basarán las próximas decisiones del Tribunal Supremo de Estados Unidos, ante la ausencia de Ruth Bader Ginsburg.